LA IMPRESIÓN EN 3D Y LA GASTRONOMÍA
En la alimentación la impresión 3D es una tecnología revolucionaria porque permite sustituir muchos procesos de fabricación personalizando cada ingrediente en su forma y composición; Personalización que además puede resultar beneficiosa en comensales con alergias alimentarias o intolerancias. La impresión 3D en alimentación puede individualizar una receta para cada comensal.
La impresión 3D está presente en muchos sectores, con resultados muy positivos. Por ejemplo, los investigadores del ETH Zurich desarrollaron un corazón impreso en 3D a partir de silicona. Este corazón funcional consiguió 3.000 latidos que permitirían a un humano vivir unos 30 minutos, pero a pesar de no llegar al objetivo que buscaban los científicos, se trata sin duda de un avance prometedor para abordar el problema de la escasez de donantes de órganos.
Un sector en continua evolución, investigación y descubrimiento es la Gastronomía. De hecho la impresión 3D está muy presente en la alimentación. Es en repostería dónde más utilidad se está encontrando. El azúcar y el chocolate por ejemplo son ingredientes muy utilizados en la impresión 3D de comida, por la facilidad de pasar de líquido a sólido cuando se enfría, y permiten múltiples personalizaciones.
Compañías como Pepsico o Barilla ya han hecho su incursión en la impresión 3D de comida. En este sentido, Barilla, presentó en la Feria de Milán una modalidad de pasta a través de esta tecnología, que se convierte en rosa cuando entra en contacto el agua está hirviendo. En España tenemos ejemplos como Singular bread, starup cordobesa que ha desarrollado y patentado la primera impresora 3D de picos.
Hay restaurantes que no solo emplean esta tecnología en la comida, sino también en utensilios y muebles, por ejemplo Food Ink o La Boscana en Lleida.
Aunque la impresión en 3D no es aún accesible para todos, por precio y por estar en continuo estudio, parece ser que no dentro de mucho tiempo tendremos una impresora 3D en la cocina, entre la thermomix y la cafetera. Un buen ejemplo puede ser la impresora Bocusini, primera “plug & play” -es decir, “enchufar y usar”- de comida del mercado.
Sobre datos de venta, podemos decir que la consultora Gartner ya auguraba que en 2016 se venderían más de 455.000 unidades de impresora en 3D. En este sentido, según datos de la consultora británica Context, la venta de impresoras 3D experimentó un crecimiento en unidades durante los tres primeros trimestres de 2017 en comparación con 2016. El mercado de impresoras domésticas o personales creció un 45% con respecto al mismo periodo de 2016, mientras que el mercado industrial / profesional creció un 2%.