Las marcas deben relacionarse de manera transparente, creativa y en formatos digitales y audiovisuales con esta generación, ya que es más escéptica respecto a las grandes compañías.
Los nacidos a partir de 1997 –más o menos- forman parte de la llamada Generación Z o Centennials.
Es la generación que maneja internet como robots, y es que vienen con smartphone debajo del brazo. Los centennials son la generación multipantalla, pueden controlar 5 a la vez.
La generación Z es más reducida en número que su antecesora –los millennials- debido al descenso de nacimientos en esos años (de 1997 a 2003).
Un contexto difícil, en situación de crisis económica, pocas oportunidades laborales, hace que sean menos idealistas que sus antecesores y más pesimistas y juiciosos, y por tanto, con menos expectativas económicas, según un estudio realizado por The Futures Company.
Son los niños de hoy y los consumidores de mañana. Están dentro del “consumer to consumer”, que consiste en la producción de productos o prendas a mano (en contra de las producciones en masa), porque son menos consumistas que los millennials. Tienen consciencia responsable del consumo ya que consumen si lo necesitan. Tener cosas nuevas para ellos está sobrevalorado - ya tienen todo lo que necesitan-. Éstas no son buenas noticias para las marcas, que tienen que buscar nuevas fórmulas para atraerlos.
La cultura del “Do it yourself” (solucionarse sus problemas de manera personal) está muy presente en la generación Z. Jóvenes maduros y autosuficientes, creativos, que trabajarán para obtener éxito personal, con esfuerzo, en empleos que impacten con el ser humano. Demandarán a las marcas un compromiso medioambiental y de concienciación social.
Es la generación que más se conecta por dispositivo móvil. Según el estudio Generation Z de la agencia JWT, el 86% confiesa echar mano de su smartphone varias veces al día.
Facebook ya no es su principal red social, como en el caso de los millennials. Buscan la privacidad en la red y por ello, usan herramientas de mensajería, efímeras o anónimas como Snapchat, Secret o Whisper, otras creativas como Instagram y, por supuesto, YouTube, medio por excelencia de esta generación, porque la utiliza para todo: entretenerse, informarse, ver música, jugar, aprender, seguir artistas...
Las marcas además de adquirir espacios publicitarios en la plataforma, deben generar su propio contenido en importantes canales corporativos. Compañías como Coca-Cola, IBM o Microsoft, han apostado con fuerza por YouTube.