Siempre que el fabricante o desarrollador le ha dado utilidad, la tiene. Lo importante es que el desarrollador encuentre lo que de verdad la tiene aunque sea para un nicho reducido.

Nos podemos encontrar con las ideas más peregrinas, quizá merece la pena destacar el Beat Twitter. Un anillo que se encargará de despedirte de tus conocidos en las redes sociales en el momento del deceso. Se activa y envía mensajes en el momento en el que deja de sentir el pulso del portador.

Hay ideas de todo tipo:

• Cucharas que conectadas a la nube se informan de si estás comiendo mucha cantidad y a qué velocidad. Si la aplicación lo estima, abre unas fisuras en la cuchara para que no te llegue toda la comida a la boca.
• Aplicaciones para evitar el estrés, se activan y te avisan en cuanto detectan estrés en el cuerpo humano y avisan para que vuelvas a la calma.
• Bazas conectadas a un ordenador central, concepto bajo el que se anuncian: Gamifique sus movimientos diarios. Avanzados análisis a bordo le permiten comparar y competir con su familia o colegas, mostrando quién hace los mayores triunfos en la habitación más pequeña.
• Una huevera para la nevera, que nos avisará del estado del producto, con una app para conectar en el momento de la compra para comprobar si hay necesidad de adquirirlo o no.

Parece que no hay límite en las posibilidades de creación. Sí los hay en las utilidades para la sociedad. Llegará un momento en el que los creadores preguntarán al público lo que realmente necesita y cómo lo necesita. Hasta entonces asistiremos a grandes fracasos igual que a grandes aciertos, sin posibilidad de anticiparnos a los mismos.